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Estudiantes ganan primer lugar en workshop de XIX Bienal de Arquitectura

30 Abril 2015

Proyecto “Plaza Quebrada” busca generar espacio público en el límite de la ciudad.

“Plaza quebrada” es el nombre del proyecto con que los estudiantes de la Escuela de Arquitectura UV Stefano Sciaraffia, Matías Ferrando, Adolfo Guzmán y Sebastián Segura, ganaron el primer premio de la categoría Workshop, en el marco de la XIX Bienal de Arquitectura. La máxima distinción fue entregada por el organizador y curador del Workshop, el arquitecto madrileño Santiago de Molina, doctor en metodologías proyectuales.

El proyecto nace de la idea de tomar como base las quebradas de Valparaíso como un sector límite de la ciudad, donde los estudiantes propusieron un espacio público que permitiera un uso mucho más accesible, generando una pieza compleja con tres secciones: la primera más cercana a la ciudad con un terminal intermodal de transporte; en la segunda, una feria o mercado de productos que se generan en el sector, para finalizar con un equipamiento vecinal, con juegos de niños, tranques, balnearios públicos o contenedores para emergencia, todo por medio del uso el agua.

Los alumnos compitieron con las otras 18 escuelas participantes en la Bienal, desarrollando el trabajo durante los días de la actividad y con el material común para todos. Al respecto, Gonzalo Herrera, arquitecto y profesor que guió el trabajo de los estudiantes, señaló que el premio “significa un reconocimiento bastante más amplio que un premio al proyecto, es reconocer una manera de trabajar y una actitud ética, ya que todo se hizo con estos cuatro estudiantes en el lugar, con las capacidades y herramientas que teníamos a mano, por lo que estamos muy contentos como escuela”.

El académico agrega que “es un reconocimiento al grupo que trabajó, al proyecto, a cómo lo hicieron y, por supuesto, también a la forma en que la escuela viene trabajando estos temas. El proyecto nace de una mirada global, ellos salieron a la ciudad a mirar, a hacer registros y análisis de temas interesantes a través de dibujos, croquis o fotografías. En función de eso, mirando el recorrido, la morfología de la ciudad, su habitabilidad y cómo viven las personas en la parte alta, llegaron a la importancia de las quebradas en Valparaíso que vinculan de la manera no más correcta al mundo rural y urbano. En base al recorrido de las aguas propusieron vincular este ámbito rural que está muy cerca de la ciudad, con huertos orgánicos, agriculturas urbanas, pequeñas economías, animales”.

En tanto, Marco Ávila, director de la Escuela de Arquitectura UV, expresó que “es un premio que recibimos con mucha satisfacción. Primera vez que la Bienal sale de Santiago y se hace en Valparaíso. Jugábamos de local y es muy bonito que en el ejercicio de acercamiento a una realidad conocida para todos, que para nosotros era mucho más cercana, pudiéramos marcar esa diferencia. Es mérito de los estudiantes que representaron toda una manera de ver y hacer ciudad de forma colectiva, lo que es muy compartido en la escuela. El proceso, los temas, la manera de hacerlo, donde hay una gran relación con la mano, con una cierta artesanía en los productos finales, es decir, lo que está expuesto es fiel reflejo de lo que se hace en la escuela”.

Ávila agrega que “en las láminas del proyecto se puede apreciar todo el proceso de cómo se gesta y se va volviendo legible para otros, va encontrando su coherencia. Ese es el éxito del workshop, no solo por nuestra participación que nos enorgullece y a los chicos también, sino porque ese proceso siempre íntimo, se mostró y ahora mostró sus frutos”.

Sobre los temas que deja la XIX Bienal, Ávila manifestó que “si bien los tiempos de exposición se acaban, siempre se pensó como los juegos olímpicos, que también terminan, pero la olimpiada dura cuatro años. La bienal ha instaurado una serie de preguntas a fuerza de debates, foros, instancias de conversación que no se habían producido, no habíamos tenido la posibilidad de reunirnos con el mundo de la academia, el sector público y privado, para tratar de encontrar un lugar común, que es la ciudad, es Valparaíso, donde queda mucho por hacer”.

“Habernos reunido con las escuelas de arquitectura de las universidades de Chile, Católica y Católica de Valparaíso, es inédito, nos coloca en un escenario que hasta antes de la bienal no teníamos, haber generado esta red significa tratar una serie de asuntos que exceden el tiempo de la bienal, con temas de la academia, investigación, procesos de validación del currículum, administración y vinculación con el medio que van a favorecer la creación de la red de escuelas de arquitectura de Chile, que está en ciernes y que espera generar un cambio de paradigma desde una competitiva feroz que existe a un estado de colaboración, con intercambio de conocimiento que nos permita mirar favorablemente lo que se nos viene” , explica.

Para Ávila “la gran virtud de la Escuela de Arquitectura UV es haber instalado de forma clara, fuerte y cohesionada con otras universidades, que nuestro proceso de promoción puede quedar en un segundo o tercer nivel, ya que lo más importante era decir algo de una ciudad que por donde se mire está en crisis, instalando un debate, no solo para arquitectos, sino para los ciudadanos, los porteños, los turistas, gente de gobierno, personas e instituciones que tienen que ver con el desarrollo de esta ciudad. Haber establecido el Valparaíso que sí queremos, generó un movimiento que posicionó a la ciudad como parte fundamental de la Bienal que se abrió a la ciudad, hace mucho tiempo que la ciudad no depende de los arquitectos, depende de todos”.