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Alumnos UV no bajan los brazos colaborando con la emergencia

16 Abril 2014

Futuros nutricionistas entregan colaciones a damnificados y voluntarios que trabajan en la emergencia.

Con tres cuadrillas operativas y un centenar de jóvenes voluntarios en terreno, los estudiantes de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad de Valparaíso continúan sin descanso la intensa jornada de trabajo, que se centra en la elaboración y entrega de colaciones saludables a familias damnificadas y a voluntarios que trabajan en la zona afectada, centros de acopio y albergues.

Distribuidos en varios frentes de acción, los jóvenes se organizaron en diversos puntos para llevar a cabo el operativo. Este miércoles el Parque Cultural de Valparaíso, ex Cárcel, fue el centro de distribución de las colaciones. Una segunda cuadrilla se dirigió a la Escuela David Ben Giron, en el cerro Las Cañas, en la zona más afectada por el incendio. El establecimiento tiene una matrícula de 250 alumnos y cien de ellos resultaron con sus casas totalmente destruidas. Otro grupo de estudiantes trabaja en la Iglesia Corazón de María, en el barrio Almendral, que funciona como albergue. A ellos se suman los alumnos que recolectan víveres a la entrada del supermercado Jumbo.

La labor de los estudiantes se centra en la recolección y sanitización de los alimentos, especialmente las frutas, y en la preparación y armado de las colaciones. Posteriormente, los mismos alumnos se desplazan a las zonas afectadas, centros de acopio y albergues a distribuir las colaciones, en jornadas de mañana y tarde.

Romina Campos, alumna de Nutrición y Dietética, destacó la importancia de preparar una colación saludable e idónea, que sea capaz de suplir las necesidades nutricionales de las personas. “Nosotros sabemos lo que necesita una persona que está trabajando: necesita hidratarse y consumir proteínas. Habíamos estado entregando sólo panes, pero nos dimos cuenta de que hacían falta las frutas, y ahora hemos reunido todos los complementos para ayudar a la gente, a todos en general, no solamente a las personas afectadas”, explicó.

La tarea no es fácil. Si bien las personas han donado muchos de los productos, los alumnos también han debido reunir dinero para comprar por ejemplo frutas que faltaban y así complementar las colaciones.

A pesar de las dificultades y el cansancio que genera llegar a las zonas afectadas, a los albergues y centros de acopio, y además cargar las colaciones a pulso y trasladarlas a los lugares de distribución, el entusiasmo no decae y la satisfacción de ayudar a quien lo necesita supera todo agotamiento.