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“Las plantas son venenos tan potenciales como un medicamento”

24 Septiembre 2013

Más del 50 por ciento de los medicamentos contienen componentes provenientes de especies vegetales. Sin embargo el origen natural no asegura la inocuidad de los productos.

Según la creencia popular, el laurel se posiciona como un producto beneficioso para personas que sufren de problemas respiratorios como el asma; sin embargo, investigaciones han demostrado que este arbusto contiene compuestos cancerígenos, detectados en animales experimentales puestos a prueba en laboratorios científicos.

La toxicidad de las plantas puede llegar a ser fatal, dependiendo de la dosis consumida. Especies más letales también encontramos en la flora silvestre como el curare, que crece en el Amazonas. Sus componentes son tan nocivos que la persona muere por asfixia cuando sus pulmones se paralizan.

En nuestro país también existen hierbas que son armas de doble filo. Un ejemplo de ello es la digitalis lanata, una hermosa planta que da una flor tubular, que crece en forma silvestre en el sur del país y cuyo principio activo, digoxina, en cantidades controladas se utiliza como medicamento para pacientes con insuficiencia cardiaca, pero si una persona la consume directamente como infusión, en altas dosis podría provocar efectos colaterales capaces de causar la muerte a las pocas horas de ingerirla.

De esta forma, explicó el doctor Rodrigo Díaz, experto en farmacognosis (estudio de las plantas medicinales) y académico de la Universidad de Valparaíso, el consumo de hierbas, incluso aquéllas de uso medicinal, hay que tomarlo tan en serio como los medicamentos que provee la farmacología, porque “todas las plantas pueden ser tóxicas dependiendo de las dosis suministradas”.

Si los principios activos están controlados pueden ser inofensivas para la salud; sin embargo, si se consumen sin una certificación y sus componentes se presentan en altos niveles en sus hojas o raíces, el escenario se pone color de hormiga.

En el caso de la Aristolochia chilensis, conocida como oreja de zorro o hierba de la Virgen María, planta que crece desde Copiapó hasta Santiago y que en medicina popular se utiliza como antihemorrágico, pero también es utilizada para adelgazar, actualmente se sabe que tiene sustancias tan nocivas como el tabaco y los rayos ultravioletas.

“Se vio que en esta planta hay compuestos que son cancerígenos. Eso es un hecho. Los compuestos están en esta especie vegetal como en otras especies más. Esta planta se ingiere a través de infusiones. Por lo mismo, el abuso de este tipo de planta puede provocar efectos secundarios que pueden llegar a ser perjudiciales”, aseguró el académico.

Rodrigo Díaz agregó que en Brasil se suspendió la comercialización de este producto en los años ’80. Y en la década de los ’90 se hicieron estudios más profundos, en los que se comprobó que estas plantas producían daño a nivel renal y favorecían la formación de quistes en la zona urinaria. Esto dio indicios de que podría haber una relación directa entre estos tumores con la presencia del alcaloide.

El experto señaló que ya Paracelso, médico, alquimista y astrólogo del siglo XIII, dijo: “la dosis hace el veneno”.

“Todo medicamento o toda sustancia que uno ingiere es potencialmente beneficioso o nocivo para el organismo. Los compuestos de esta planta (oreja de zorro) se encuentran en las raíces a una concentración del 0,02 por ciento. Esto significa que por tener un efecto acumulativo hay que tener cierto cuidado al ingerirla. Todas las plantas tienen un riesgo, al igual que un medicamento. Es lo mismo”.

El doctor Díaz agregó que el mito popular de que por ser un producto natural es beneficioso para la salud es erradicarlo desde ya. “Es un mito que debemos derribar. Las plantas son venenos tan potenciales como un medicamento. Ahora, si alguien tiene una duda lo mejor es consultar a un profesional del área de la salud, como un químico farmacéutico o un médico, para que lo oriente en el tema”, concluyó el académico.