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Decano de Derecho de la UV viajó a España para revisar reformas en formulación de la carrera

05 Marzo 2009

Alberto Balbontín constató que la preparación de los estudiantes chilenos causa muy buena impresión en la Universidad de Cádiz.

A fin de comprobar la evolución de las reformas aplicadas en la Universidad de Cádiz en la carrera de Derecho, y como parte de un proyecto Mecesup, el decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Valparaíso, Alberto Balbontín Retamales, cumplió una visita institucional a esa casa de estudios, en febrero pasado.

La Universidad de Cádiz publicó información sobre la visita en su página web, destacando que la visita del decano Balbontín fue impulsada “por el interés que tienen las universidades chilenas, en general, y la Facultad de Derecho de Valparaíso, en particular, en comprobar la evolución de las reformas que se están produciendo en la universidad española en ese sentido, y el hecho de que estén considerando la posibilidad de emprender el mismo camino”.

Balbontín fue recibido por el rector de la UCA, Diego Sales Márquez; los vicerrectores de Relaciones Internacionales y Cooperación, Alejandro del Valle Gálvez, y de Planificación y Calidad, José María Rodríguez-Izquierdo Gi; la secretaria general, Ana María Rodríguez Tirado; la decana de la Facultad de Derecho, Rocío Domínguez Bartolomé, y el vicedecano del mismo Centro, Jesús Sáez González. También sostuvo entrevistas con profesores de la Facultad de Derecho.

La página web de la UCA destaca también que “el profesor Balbontín, que, como profesor de Derecho Procesal, ha sido miembro de una Red Temática auspiciada por la AECI y de la que era coordinadora la Universidad de Cádiz, ha manifestado su interés por promover conjuntamente futuras actividades tanto en el ámbito de la docencia como de la investigación, retomando así aquella primera y fructífera experiencia de hace cinco años”.

Abogados chilenos bien conceptuados

El decano de Derecho y Ciencias Sociales se refirió a su trabajo en España. Explica: “Mi paso por la Universidad de Cádiz se enmarcó en el cumplimiento de las visitas previstas en el proyecto Mecesup UVA 0707, ‘Nuevo currículum para la formación jurídica de futuro’, que se adjudicó nuestra Escuela de Derecho. A tal efecto y junto con asistir al III Programa de Estadía en la Universidad de Deusto, me pareció importante conocer la experiencia de otra universidad española, particularmente en lo que dice relación con la enseñanza a los futuros abogados a través de la metodología de formación por competencias”.

De la visita a la Facultad de Derecho de la UCA, el decano señala dos conclusiones relevantes:

“Primero, que en ésa, como también en la Universidad de Deusto, la aplicación de esta metodología a la enseñanza del Derecho se ha asumido como un compromiso que debe cumplirse y que, independientemente del interés que tiene por corresponder a un modelo más moderno de enseñanza de la disciplina jurídica, su implementación se ha ido haciendo paulatinamente y en la medida de lo posible, toda vez que se reconoce que su aplicación no puede ser idéntica y con la misma intensidad para todas las disciplinas”.

La segunda conclusión es “que el modo en que se forman los abogados en nuestro país y, especialmente, los requisitos que deben cumplirse para obtener el título profesional en Chile, causó una muy favorable impresión a la decana de Derecho de Cádiz, pues nuestros estudiantes salen mucho mejor preparados para el ejercicio profesional. Cabe señalar que España está actualmente en un proceso de modificación de tales requisitos, a fin de garantizar una mejor formación de los egresados de las titulaciones de Derecho, y facilitar su inserción en el mundo laboral de las Comunidades Europeas”.

UV: Una de las mejores del país

Respecto de cómo ve la formulación de la carrera de Derecho en la UV en comparación con lo que se está impartiendo en la Comunidad Europea, Alberto Balbontín señala: “La formación de los estudiantes de la Escuela de Derecho de nuestra universidad es, sin dudas, una de las mejores del país. Así se reconoce desde hace mucho tiempo por el medio jurídico nacional. Debo destacar que ocupa el séptimo lugar en el ranking de prestigio de la Escuelas de Derecho nacionales, siendo lejos la que tiene el arancel más bajo entre las diez primeras. Eso se debe, por cierto, a la calidad y compromiso de su cuerpo académico con la tarea universitaria”.

Añade: “Nuestra Escuela de Derecho se caracteriza por mantener un alto estándar académico y un nivel de exigencia acorde a dicho estándar. En tal sentido puedo asegurar que la formación jurídica impartida en la Universidad de Valparaíso es de muy alta calidad. Con todo, no puedo dejar de mencionar la dificultad que implica estar tan alejados de los más importantes centros de desarrollo científico en materias jurídicas, puesto que no es fácil mantener un nivel de actualización que sea equivalente a lo que sucede en las universidades europeas o norteamericanas. Por ello es importante crear y mantener lazos de cooperación con universidades extranjeras, de modo de favorecer el intercambio permanente de académicos y estudiantes que permita superar esa debilidad que, aún hoy, con las facilidades de comunicación que conocemos, se erige como un factor de desventaja objetiva”.

Respecto de las actualizaciones que pueden aparecer como urgentes para la formulación de la carrera de Derecho, el decano indica: “Desde luego es fundamental que los profesores estemos permanentemente atentos a los avances que se producen en el campo de las ciencias jurídicas, en los desarrollos normativos, y a las experiencias de otros países para enfrentar los desafíos de la sociedad actual. Si bien el Derecho no puede modificar la realidad, lo que explica que éste siempre vaya a la retaguardia de los cambios sociales, científicos y tecnológicos, es indispensable que producidos, el Derecho y sus operadores tengan la capacidad para orientar y controlar los requerimientos, problemas y conflictos que necesariamente vayan surgiendo con motivo de tales cambios. En tal sentido, los profesores deben mantener un nivel de actualización que contribuya a que los estudiantes salgan preparados para ejercer su profesión hacia el futuro y no para responder a los problemas que provocaban los desvelos de los abogados en épocas ya pasadas”.

Para el académico, lo anterior implica “la necesidad de que la Escuela vaya revisando y adecuando, con una regularidad no mayor a cinco años, su plan de estudios, su malla curricular y los programas de curso. A veces podrán ser cambios mayores. Otras, simples actualizaciones. Esa responsabilidad recae, primordialmente, en sus autoridades, a saber, director, decano y presidentes de departamento, quienes deben impulsar los cambios que sean necesarios para mantener una Escuela actualizada y vigente”.

La innovación tecnológica también es relevante y no debe descuidarse. Afirma el decano Balbontín: “Con todas las reservas que pueda generar una propuesta de aplicar formas alternativas de enseñanza del Derecho, sin dudas que la simple acumulación de contenidos no puede ser la única manera de formar abogados. Los profesores debemos abrirnos a nuevos modelos de enseñanza, que respondan a las exigencias que nos impone la llamada sociedad del conocimiento, donde éste se transforma con una velocidad que deja en la obsolescencia la mayor parte de lo aprendido a la vuelta de pocos años. Por lo tanto, los profesionales actuales deben adquirir las destrezas y competencias para enfrentar el desafío de abordar los nuevos problemas con las herramientas que se van incorporando al arsenal de soluciones”.